Por Washington Cabello
(De Clarín y agencias).- Miles y miles de personas se agolparon desde la madrugada para ver por primera vez en sus vidas al Papa Francisco, al “Papa de los pobres”, como lo llaman ya en los Estados Unidos. Largas filas se formaron frente a los escasos accesos de seguridad para ingresar al sector vallado donde el Pontífice desfilará.
Una gran fiesta en la calle para ver a Francisco.
Detrás de la Casa Blanca, donde se impone el obelisco de Washington, miles de personas se juntaron para ver a Francisco, que se desplazará varias cuadras con el Papamóvil entre la gente, aunque la seguridad es tan grande que se estima que no se podrá más que saludarlo de lejos.
Es el único evento en Washington donde no se requiere un ticket especial para entrar.
El resto –misas, pantallas gigantes frente al Congreso, etc– se necesita un pase especial que son muy difíciles de conseguir.
Pero a los estadounidenses, acostumbrados a los chequeos permanentes de seguridad, no les importa. Hicieron varias cuadras de cola para pasar por detectores de metales y se sometieron a una extremadamente minuciosa revisación de sus pertenencias, desde las 5 de la mañana.
No se permitieron palitos para selfies, comidas, bebidas y todo fue revisado por perros detectores de explosivos.
En la espera suenan bandas que ejecutan tradicionales marchas estadounidenses.
Se ven madres con sus niños, ancianos de todas las razas y religiones. Muchos hispanos también, que vienen a pedir por una reforma migratoria. No faltaron los religiosos. Entre la multitud pueden divisarse monjas y sacerdotes.
Por allí venía Robert Dama, un ingeniero argentino que hace 40 años vive en Estados Unidos. Con la camiseta de la selección celeste y blanca y un cartel que anucniaba que era de Río Cuarto, Dama dijo que Francisco lo inspira y da un mensaje entre religioso y político: “Nuestro pueblo ha sufrido tantas frustraciones, fracasos, no encuentra el camino pese al potencial que tiene. Para mí el Papa es una gota de esperanza, algo que Dios nos dio para que Argentina encuentre el camino para salir adelante”.
El merchandising aflora por todos lados. Los vendedores se hacen el día ofreciendo pines, banderas, remeras, bolsas, lapiceras. Todo, donde el papa es el gran protagonista.